< Back to news
14/03/2022

PEN International

Writers for Peace Committee

Second Statement on War in Ukraine

 

The Writers for Peace Committee of PEN International continues to deplore the actions of the Russian regime and its invasion of Ukraine. We call for an unconditional return to peace.

The bombardment and occupation of Ukraine by Russian forces is now several weeks old. All the diplomatic solutions through international fora have been dismissed with disdain, the calls for peace brushed away. For the people living in Ukraine, this winter will go down as one of the darkest in their history, comparable to the twin assaults by Hitler and Stalin, with whom Russia's Putin seems desperate to be equated. It is surely a psychopathic ambition. For Ukraine's heritage - its archives, libraries, museums, architecture and monuments - the artillery and missile attacks are truly tragic. If Russia truly believed its own heritage is entwined with Ukraine's, the destruction would cease immediately.

Russia's armies moved in regardless of the suffering of Ukrainians or the cost to ordinary Russians, which will be profoundly distressing and may last a generation. All Russians' freedoms - to express their thoughts, write, perform, communicate openly, travel and discover truth - have been crushed by their own President, along with their incomes and savings.

For those who have fled Ukraine, life has become fearful and uncertain. Their plans are in ruins, their families separated, their homes abandoned or destroyed. Only boys and the over-sixties men have been allowed to cross borders. The rest returned to fight Russian soldiers who had little idea why they had been told to attack people they had always regarded as friends. The absurdities of vicious nationalism, encountered so grimly in the Balkans 30 years ago, have now gripped Russia.

Meanwhile, the Chinese leadership stands by, glad to have the international heat on them dialled down for their internal repression and external callousness. Beijing has launched a propaganda campaign of its own, portraying Putin as a hero. The official tone in China’s media is aimed at generating support for the war among the Chinese people. China stands by, waiting for Russia to become economically dependent on them, eager to take up the supplies of energy Europe has started to wean itself off so slowly. It would be good for them to remember the plight of their own parents and grandparents when Japanese imperial armies overran them only 80 years ago, as Russia is doing to Ukrainians now.

Middle-Eastern autocracies similarly delight that Russia has diverted the world's attention away from them. India and Pakistan's leaders hedge their bets, choosing to forget that excusing Putin will infect their own democracies. The rest of the world, already reeling from COVID and climate change, will now suffer too as food prices rise and aid agencies' funds are redirected to Ukraine.

Writers continue to demand that Russia's government withdraws its armies, ships, planes and weapons. Peace is too important to be debased so rudely. As the Writers for Peace Committee of PEN International we can only use words to defend it, as our predecessors did from 1921 onwards. There is no need for war, no justification for aggression. Only by finding common objectives in peace can humanity have a future. Leaders of governments like Russia must stop believing their own megalomaniacal rhetoric. On all continents there are too many heads of government determined to add misery to failure. There is vital work to be done to correct the mistakes of the past, from imperialism to ecological destruction. Stop fighting and get back to your real jobs. 

Writers for Peace Committee

15 March 2022

 

 

 

***

 

PEN Internacional

Comité de Escritores por la Paz

Segunda Declaración sobre la Guerra en Ucrania

 

El Comité de Escritores por la Paz de PEN International, continúa deplorando las acciones realizadas por el Gobierno Ruso y su invasión de Ucrania.  Llamamos a un incondicional retorno a la paz.

El bombardeo y la ocupación de Ucrania por las fuerzas rusas lleva ya muchas semanas.  Todas las soluciones diplomáticas a través de los foros internacionales han sido desestimadas con desdén y los llamados a la paz no han sido considerados.  Para la población ucraniana, este invierno será recordado como uno de los más oscuros de su historia, semejante a los asaltos conjuntos de Hitler y Stalin, respecto de quienes la Rusia de Putin parece querer ser comparada desesperadamente.  Ésta es realmente una ambición psicopática. Para el patrimonio de Ucrania – sus archivos históricos, librerías, museos, arquitectura y monumentos – los ataques de artillería y los bombardeos con misiles son realmente una tragedia.  Si Rusia realmente creyera que su propia herencia cultural está entrelazada con la de Ucrania, detendría inmediatamente esta destrucción.

Los Ejércitos rusos han avanzado sin importarles el sufrimiento de los ciudadanos ucranianos o el costo para los rusos, lo que será profundamente angustiante y puede prolongarse por toda una generación.  Todas las libertades de los rusos – de expresar sus opiniones, de escribir, de realización artística, de comunicar abiertamente, viajar y descubrir la verdad – han sido eliminadas por su propio presidente, junto con sus ahorros e ingresos.

Para aquellos que han huido de Ucrania, la vida se ha transformado en un espacio incierto y lleno de temor.  Sus planes se han arruinado, sus familias han sido separadas, sus hogares se encuentran abandonados o destruidos. Solo a los niños y a los hombres mayores de 60 años se les permite cruzar las fronteras.  El resto ha retornado a luchar en contra de los soldados rusos, que no tenían idea de por qué habían sido enviados a atacar a un pueblo que siempre consideraron sus amigos.  Lo absurdo de este nacionalismo tóxico, que solo se encontraba en los Balcanes hace 30 años atrás, parece haberse apoderado de Rusia.

Mientras tanto, el liderazgo chino observa feliz de que la crítica mirada internacional sobre la represión interna de su país ha bajado. Beijing ha lanzado una campaña de propaganda propia, presentando a Putin como un héroe. El tono oficial de los medios chinos apunta a generar apoyo para la guerra en la población china. China se mantiene a la espera de que Rusia se vuelva económicamente dependiente de ellos, ansiosa por apoderarse de los suministros energéticos de los que Europa ha comenzado a desligarse lentamente.  Sería bueno para ellos que recordaran la lucha de sus propios padres y abuelos, cuando las fuerzas armadas del Imperio Japonés los invadieron hace sólo 80 años atrás, así como lo hace Rusia ahora con Ucrania.

Las autocracias del Medio-Oriente también ven con buenos ojos que Rusia haya desviado la atención del mundo lejos de ellos.  Los líderes de India y Pakistán tienden a olvidar que al exculpar a Putin estarán contaminando sus propias democracias.  El resto del mundo, que se encuentra en medio del COVID y el Cambio Climático, ahora tendrá que sufrir también el alza de precios en los alimentos y el redireccionamiento de los fondos de las Organizaciones Humanitarias hacia Ucrania.

Los escritores continúan instando al gobierno ruso para que retire sus fuerzas militares, barcos, aviones y armas.  La Paz es demasiado importante como para ser envilecida de manera tan brutal.  Como Comité de Escritores por la Paz de PEN International, solo podemos usar las palabras para defender la paz, como lo hicieron nuestros predecesores desde 1921 hasta ahora.  La guerra no es necesaria, no hay justificación para la agresión. Solo encontrando objetivos comunes en paz, es que la humanidad tendrá un futuro. Los líderes gubernamentales como los de Rusia deben dejar de creer en su megalomaníaca retórica.  Es vital trabajar para corregir los errores del pasado, desde el imperialismo hasta la destrucción de la ecología.  Basta de pelear y regresen a su verdadero trabajo.

 

Comité de Escritores por la Paz

15 de marzo de 2022